jueves, 3 de marzo de 2016

Crónica de salida al Parque natural de la Albufera de Valencia (01/03/2016)

El pasado martes (01/03/2016), y tras un pequeño periodo de descanso en nuestra actividad natural, ya que no nos ha permitido la situación salir al campo, regresábamos a calzarnos las botas y ajustar la mochila para una salida en el parque natural de la “Devesa del Saler” en la Albufera de Valencia. El plan era claro: en nuestra mente estaba marcado el encontrar dos especies que aun no habíamos visto y que en este parque abundan abrumadoramente: estas eran Acanthodactylus erythrurus y Psammodromus edwarsianus  o también llamadas por sus nombres comunes lagartija colirroja y lagartija cenicienta respectivamente. 
Pero antes de contar lo que paso desde nuestra llegada una vez más hay que cumplir con las formalidades de las que somos esclavos y por esto quiero saludar a todos los lectores y agradecer vuestro tiempo.

Típico paisaje dunar de la "Devesa del Saler" en el Parque Natural de Albufera de Valencia.
Una vez hecho esto volvamos a donde estábamos. Llegamos a nuestro parking predilecto sobre las 10 AM, y como la temperatura (12ºC) aun no estaba todo lo alta que nos hubiera gustado para una buena actividad de reptiles, decidimos empezar prospectando la zona dunar, en la que en salidas anteriores habíamos conocido a aquella preciosa culebra de escalera (rhinechis scalaris) y como olvidar a la tortuga mediterránea (Testudo hermanni), y justo esta vez no nos iba a defraudar.
Fue chafar la tierra de la primera duna y Antonio avistó movimiento en la arena, al que yo respondí raudo y eficaz y con la ayuda de una red tipo cazamariposas pude capturar una rápida lagartija sin hacerle ningún tipo de daño, para hacerle un set de fotos y confirmar la especie. Muchos rasgos nos delataron lo que era, pero por encima de todos ellos uno, escamas carenadas. Esto nos confirmaba que estábamos delante de una lagartija cenicienta (Psammodromus edwarsianus), grata sorpresa para nosotros “una nueva especie en  la lista”. 

Lagartija cenicienta o lagartija de edwards (Psammodromus edwarsianus).
Después de un buen set de fotos liberamos a la lagartija y continuamos con la prospección. Poco más adelante, en el manto seco de lo que parecía ser una charca temporal, encontramos un enorme cadáver de culebra bastarda (Malpolon monpessulanus). Éste ya reseco y sin carne, debido a llevar tiempo muerta. Tenía una talla de más de 1 metro y se podía intuir que fue un macho observando lo que en su día fue la montura o el collar tan característico de esta especie. El ejemplar en vida tendría un muy buen tamaño, pero llegamos tarde, una lástima.

Cadáver de culebra bastarda (Malpolon monpessulanus).
Continuamos apenados por la culebra bastarda y levantando posibles refugios de reptiles avistamos gran cantidad de alacranes o escorpiones amarillos (Buthus occitanus) y prácticamente todos de muy pequeño tamaño, ejemplares muy juveniles. 

Diminuto escorpión amarillo o alacrán (Buthus occitanus).
En la misma actividad de levantar piedras y troncos encontramos una parejita de Falsa viuda negra (Steatoda paykulliana) que nos enterneció puesto que eran un macho y una hembra con su ooteca que albergaba su futura descendencia. 

La hembra (arriba) y el macho (abajo) de Falsa viuda negra (Steatoda paykulliana).
También avistamos mas especies de araña como fueron Falsa araña lobo (Zoropsis spinimana), un tipo de araña lobo (Trochosa terrícola) y alguna más a las que no pudimos fotografiar, por lo tanto voy a dejar en el anonimato ya que sería un despropósito para mi mentar las especies sin poder mostrar una foto para que contrastéis.

Araña lobo (Trochosa terricola).
Algo más adelante entramos en la zona donde varias semanas atrás habíamos encontrado el ejemplar de tortuga mediterránea, y aquí en la arena de las dunas no paraban de correr a un lado y otro ejemplares adultos y juveniles de lagartija colirroja (Acanthodactylus erythrurus), pero pese a que en escasas 3 horas pudimos contabilizar más de 70, nos fue imposible atrapar ninguna para fotografiarla o hacerles siquiera fotos de lejos. Se vieron incluso bastantes juveniles de esta especie, que son los que presentan la cola roja que les da nombre, una autentica maravilla de la que hoy no vais a gozar de tomas fotográficas, un despropósito. Ya cerca de la zona de las tortugas mediterráneas pudimos avistar rastros de las mismas, indicándonos que había movilización por su parte.


Rastro de Tortuga mediterránea (Testudo hermanni) en la arena. 
Pero lo más increíble del día a mi parecer fue que tras seguir durante aproximados 15 minutos un rastro de una tortuga mediterránea la pudimos encontrar, un precioso macho de los introducidos por el centro de recuperación de especies y nada fáciles de ver, se han de lucir unos ojos algo más que hábiles para encontrarlas (o tener mucha suerte). Éste se llevó un gran número de fotos desde dos cámaras después de haber comprobado su estado de salud el cual parecía muy bueno. 


Ejemplar macho de Tortuga mediterránea (Testudo hermanni).

Seguimos con la actividad aunque se nos acercaba la hora de irnos ya que las obligaciones nos llamaban, y por último y no por ello menos interesante, en una charca por la que habíamos pasado otras veces y creíamos inerte escuchamos el canto característico de las ranas comunes (Pelophylax perezi), y tras acercarnos a la orilla avistamos muchos ejemplares desde jóvenes a hasta adultos, con la suerte de que uno de ellos posó para nosotros. 


Rana verde común (Pelophylax perezi).
Tras un rato y una buena galería de fotos (que como de costumbre solo fueron aprovechables unas pocas) lo dejamos tranquilo y regresamos al coche para dar por finalizada una salida cuanto menos productiva, en la que al final el sol nos había acompañado llegando a los 20°C y permitiendo tanto una muy buena actividad de animales como una quemadura en mi cara jeje. Hasta aquí el relato de hoy, nos vemos en la próxima entrada, espero que os haya gustado.

Saludos y agradecimientos de un servidor, Rubén.

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